Un año más, la temporada de ciclismo de carretera echa a rodar. Como cada primer fin de semana de febrero, las peñas ciclistas de la provincia de Granada comienzan su calendario de salidas haciéndole una visita a su patrona, la Virgen de Dorleta. Nuestro club, Guad al Xenil, no podía faltar a su cita. Partimos desde el Serrallo Plaza, nuestro punto de encuentro. Tras atravesar las vecinas localidades de Armilla y Alhendín, afrontamos la única dificultad montañosa que atesora esta primera etapa de inauguración de la temporada ciclista de carretera: el puerto del Suspiro del Moro. El cielo iba desperezándose para mostrarnos las maravillas del entorno por el que discurríamos. Emprendimos el largo pero no muy acentuado descenso hacia la población de Padul. Su humedal, en completa calma, presentaba una bella estampa al reflejar los rayos del Sol. Seguimos rodando, sin prisa pero sin pausa, hasta el que iba a ser nuestro lugar de avituallamiento, el restaurante El Zahor, tras atravesar el núcleo urbano de Marchena. Tras un distendido café, volvimos a montar nuestras infatigables cabalgaduras. Regresamos por el camino de ida con el beneplácito de Eolo, quien con una brisa moderada pero constante nos empujó hasta coronar de nuevo el puerto del suspiro. Allí tuvo lugar un acto sencillo pero lleno de amor: la visita, petición y agradecimiento a nuestra patrona y a la de todos los ciclistas, la Virgen de Dorleta. Un momento de oración, breve pero con fe, supondría la certeza de que su cuidado y protección nos acompañaría durante toda esta nueva temporada que comenzaba y que inaugurábamos, como no podía ser de otra forma, acudiendo a ella.